El otro día participé en un webinar: «Esperame en el cielo» con Carmen Vázquez Bandín, psicoterapeuta gestalt. En el mismo contó una historia que tienen los pueblos judio y musulman, que nos habla del arcángel Azrael, en nuestra cultura, el ángel de la muerte.
Esta historia me hizo recordar a todas las personas que en estos momentos están viviendo las pérdidas. Esta metáfora sobre la muerte, persigue de una forma simbólica, llevar un poco de afecto y amor a todas ellas.
Queremos rendir un homenaje a todas las personas fallecidas, víctimas del COVID-19, a sus familiares, amigos y amigas, gentes cercanas a ellas, para acompañarlas en su dolor, en su rabia, tristeza….
«Cuando Dios repartió las tareas a sus diferentes ángeles, preguntó: ¿Quién creéis que será el/la mejor de entre todos/as para ser el ángel que recoja las almas de los muertos? Y todos/as estuvieron de acuerdo que el mejor sería Azrael, por que era el más hermoso, con la voz más cálida, cariñoso y con una gran mirada de amor.»
«Tu solo veras estrellas que saben reír». Capítulo 26, una hermosura, como todo el libro. En él, El principito se está despidiendo de su amigo, pues tiene que «partir» a su planeta. El principito, Antoine de Saint- Exupery
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