
Disfrutando del río
Nuestra desescalada.
Vamos caminando hacia el final de esta experiencia. Hemos dejado atrás pesadillas que nunca pensábamos se cumplirían.
Mientras nos centramos en nosotros, la naturaleza continúa su proceso, estamos en primavera, la vida florece mientras nosotros decaemos. Somos conscientes de la suerte que tenemos, no necesitamos alejarnos de casa para disfrutar de los olores y sones de la natura, y eso nos levanta el ánimo todos los días.
Ya podemos empezar a movernos con mayor libertad, a recorrer espacios un poco más lejanos, a disfrutar del agua, del sol de los animales, y esto nos da vida.
Solo deseamos que llegue el momento de disfrutar de todo esto en compañía de nuestros alojados, poder volver a comentaros rutas, espacios, lugares mágicos donde poder perderte sin oír a nadie, disfrutar de un momento de paz y sonido.
Para ello este año, hemos trabajado en espacios sin gente, paseos que conocemos los del pueblo, sin balizar, pero que nos conectan con nuestra intimidad. Recuperar la paz con la naturaleza. Estar solos pero rodeado de ojos que te observan, naturaleza en estado puro
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